sábado, 13 de abril de 2013

13/04/2013

Bueno, se ha ido. Sí. Mi madre y Sara. Se han ido a Alemania... No os lo creeréis, pero mi madre ni siquiera me ha dado un beso de despedida, pero cuando se alejaba, me ha parecido verla llorar silenciosamente. Vale, seguramente no lo entenderéis, pero es que mi madre nunca ha llorado. Ni siquiera cuando murió su abuela, mi bis-abuela. Nos despedimos en el aeropuerto, mi padre y mi madre ni siquiera se miraron ni hablaron en el trayecto del coche, y al llegar la hora de irse solo dijeron; "Adiós." sin amor, si cariño, sin pensar en lo dolida que me sentía yo. Creo que están demasiado acostumbrados a pensar que no demuestro el dolor. En fin, que no podía separarme de Sara, la tenía en mis brazos, y mi madre tuvo que forcejear para que la soltara, imaginaos, vuestros padres se separan, ya además os separan de vuestra hermana, que tanto habéis querido desde que nació... No es justo lo que me está pasando, y sé que es cansino, pero jamás parare de pensar que esto no es justo. Simplemente porque no lo es. Esto no se lo desearía ni a mi peor enemigo... Una vez marchadas mi madre y Sara, yo y mi padre volvimos al coche. Siempre en silencio, yo no tenía nada que decirle, y el nada que decirme a mí. Ha sido un día espantoso. En que todo me ha parecido triste y oscuro. No he hablado con mis padres en todo el día. Mañana llamaré a mi madre para ver que tal han llegado.

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